“… cada día, y como media, no menos de 5.000 hombres y mujeres de todo el mundo pierden la vida a causa de accidentes y enfermedades de origen profesional. El trabajo decente ha de ser seguro, y nos queda un largo camino por recorrer para alcanzar ese objetivo.” declaró Juan Somavia, Director General de la OIT
En el informe de la OIT, titulado Trabajo decente – Trabajo seguro, informe de la OIT al XVII Congreso Mundial sobre Salud y Seguridad en el Trabajo, Orlando, Estados Unidos, se destaca que los hombres, en particular, corren el riesgo de fallecer en edad de trabajar (menos de 65 años), mientras que las mujeres padecen más enfermedades contagiosas de origen profesional, factores psicosociales y trastornos musculo esqueléticos de larga duración. En varios países industrializados, más de la mitad de las jubilaciones son anticipadas o se vinculan a la concesión de pensiones de discapacidad, y no a que los trabajadores alcancen la edad normal de retiro. Aunque no todos los factores que subyacen a estas tendencias se deben directamente a la actividad laboral, el lugar de trabajo constituye una plataforma fundamental para la prevención y el mantenimiento de la capacidad laboral mediante su sistema de gestión.
El informe de la OIT afirma que los sistemas de información y cobertura en materia de salud y seguridad en el trabajo en muchos países en desarrollo son deficientes y, en algunos casos, se deterioran. Por ejemplo, India declara 222 accidentes mortales, mientras que la República Checa, cuya población activa equivale aproximadamente al 1 % de la de India, consigna 231. La OIT ha estimado que el número real de accidentes mortales en India asciende a 40.000. En el informe se comenta que tales estadísticas indican que, en varios países en desarrollo, sólo se declara una pequeña parte de la cifra real de muertes y enfermedades relacionadas con el trabajo.
En el informe de la OIT se refiere asimismo que, de acuerdo con las estimaciones disponibles, las sustancias peligrosas causan el fallecimiento de unos 440.000 trabajadores cada año, y que 100.000 de estos decesos se deben a la acción del amianto. El número de personas que mueren a causa del amianto en el Reino Unido, según las estimaciones de este país, se sitúa en torno a 3.500 cada año, más de diez veces la cifra de trabajadores que fallecen en accidentes en su territorio.
Por su parte, la Unión Europea, en su reciente Retrato Estadístico, estimó un total de 120.000 muertes (UE 15) de origen profesional, mientras que la estimación de la OIT se sitúa actualmente en unos 122.000 fallecimientos relacionados con el trabajo cada año. Se estima que la cifra correspondiente en Estados Unidos asciende a 103.000.
Mientras que las enfermedades de origen profesional constituyen el problema principal en los países industrializados, los riesgos de accidente se encuentran más extendidos en las economías en desarrollo, donde los trabajadores fallecen con frecuencia en los sucesos que se producen en sectores como la minería, la construcción o la agricultura. En los países industrializados, la proporción de la población activa en estos sectores peligrosos ha disminuido, mientras que ha aumentado su presencia en ramas de servicio más seguros (labores administrativas, banca, comercio).
Por otra parte, los resultados del informe ponen de manifiesto que los trabajadores de menor edad (de 15 a 24 años) tienen más probabilidades de sufrir accidentes laborales no mortales que sus compañeros de edad más avanzada, mientras que la probabilidad de que los trabajadores de más de 55 años padezcan accidentes mortales y enfermedades es superior a la de otros grupos de población activa.
Los nuevos datos incluidos en el informe revelan asimismo que las mujeres sufren mucho más que los hombres en lo que atañe a las enfermedades contagiosas relacionadas con el trabajo, como la malaria vinculada a la agricultura y las infecciones bacterianas y virales, así como a los trastornos musculoesqueléticos. Los varones tienden a fallecer como resultado de accidentes, enfermedades de pulmón y cánceres de origen profesional, como los causados por el amianto.
Takala añadió que la mayoría de los trabajadores en el mundo no disfrutan de la cobertura que brindan las medidas preventivas legales, y nunca recibirán una indemnización en caso de accidente o enfermedad. Asimismo, señaló que nunca han pasado consulta con un médico del trabajo ni han conocido a un inspector de trabajo.
La OIT afirma que la acción a escala internacional, regional, nacional y empresarial constituye un requisito previo para prevenir o reducir los accidentes y enfermedades relacionados con el trabajo. Ha desarrollado una nueva “estrategia global” que consta de cinco puntos y con la que se pretende fomentar el uso de herramientas existentes como el Convenio sobre seguridad y salud de los trabajadores, 1981 (núm. 155) y otras normas de la Organización en esta materia. El refuerzo de los sistemas nacionales de seguridad en el trabajo mediante la colaboración tripartita resulta fundamental, y comprende la adopción, ejecución y cumplimiento de disposiciones legales, la capacidad y competencia de la inspección de trabajo, la gestión de conocimientos, el intercambio de información y la provisión de servicios de investigación y asistencia. Sistemas de gestión como el OIT-SST2001 son esenciales, pero la mejor vía para motivar su aplicación radica en las leyes, los reglamentos y su ejecución eficaz. Los inspectores no deben considerarse un perjuicio ni una amenaza para la actividad empresarial; de hecho, los países con los mejores sistemas de inspección son también los más competitivos del mundo.
“La OIT ha prestado un apoyo activo a las iniciativas emprendidas en países que desarrollan políticas nacionales”, señaló Takala. “Por ejemplo, se han establecido comités tripartitos nacionales de seguridad en la construcción en Argentina y Colombia, con el fin de debatir y formular las respectivas políticas y programas nacionales para dicho sector.” Irlanda, Israel y Argentina han suscrito recientemente acuerdos formales con la OIT para adoptar las Directrices relativas a los sistemas de gestión de la Organización.
La OIT consolida actualmente sus alianzas con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), la Organización Marítima Internacional (OMI), la Comisión Internacional de Medicina del Trabajo (ICOH), la Asociación Internacional de Higiene Ocupacional (AIHO), la Asociación Internacional de la Inspección del Trabajo (AIIT), la Asociación Internacional de Ergonomía (IEA) y otras instituciones. Entre los ejemplos de colaboración figuran iniciativas importantes como el Programa Global Conjunto sobre la Eliminación de la Silicosis con la OMS, o las relativas a la seguridad química con nueve organismos internacionales, a la protección frente a la radiación con la OIEA, a la salud y la seguridad en el desguace de embarcaciones con la OMI y el Convenio de Basilea sobre el control de los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos y su eliminación, y al desarrollo de servicios básicos de salud en el trabajo con la ICOH y muchas otras.
Tomado de: www.laseguridad.ws
Fuente: Comunicación de Responsabilidad Social de la Empresa (Argentina). Informe de la OIT sobre muertes laborales, 2005-09-28.
En: http://comunicarseweb.com.ar/